jueves, 20 de agosto de 2009

¿Personas o Chanchos?

Hace un par de semanas mi abuela tuvo la desgracia de ser operada en el seguro social. Y digo desgracia por la pésima atención que se le brindó en ese establecimiento de “salud”.

Supuestamente era una operación de rutina de bajo vientre, algo tan simple como cortar, arreglar el problema y cerrar. Lo único que tengo que agradecer a estos “médicos” es haber ampliado mis conocimientos en ese tipo de cirugía y los cuidados que hay que tener antes y después de un procedimiento quirúrgico como este. Lo que ocurrió fue increíble y en verdad espero que nadie tenga que pasar por el calvario que mi familia y yo hemos padecido durante las últimas 3 semanas.

Mi abuela fue operada un martes a las 2:30 p.m. la operación duró alrededor de 3 horas, luego de esto la pasaron por 2 horas a cuidados intensivos del “hospital” y finalmente a su cuarto para supuestamente reestablecerse de la operación. Acá es donde empieza nuestra angustia.

Como es lógico, esa primera noche la pasó con el clásico malestar que se presenta luego de casi todas las operaciones; asumimos, por lo que conocíamos de otros familiares operados y lo que nos decían los “médicos”, que era algo común y pasajero. Pasajero nunca fue.

El día miércoles la situación empeoró. No eran solo los malestares post operatorios, era algo mas y se sentía en el ambiente. Mi familia se miraba entre si y sabía que algo no estaba bien. Mi pobre abuelita no respiraba adecuadamente. Acudimos a la enfermera de turno y nos dijo que era normal que sucedieran estas fallas en el sistema respiratorio debido a un tubo que ingresa por la nariz directo a la tráquea para bombear oxigeno durante la operación, nos informó que posiblemente la tráquea estaba inflamada y le suministró un anti-inflamatorio por la vía intravenosa que tenia abierta para el suero. El jueves fue la misma historia.

El viernes me tocó acompañarla en el hospital durante todo el día, llegué a las 11 a.m. con la esperanza de encontrarla mejorcita pero no fue así, seguía con el problema respiratorio. A las 3 de la tarde salí a buscar a la enfermera para contarle que mi abuela no respiraba normalmente y solicitarle que llamase a un especialista en pulmón o corazón para que revise la adecuadamente, esta mujer me respondió con una indiferencia increíble que ya habían hecho la solicitud y que en cualquier momento llegaba el especialista a revisarla, que tenia que esperar… que increíble esta señora realmente, parecía que le estuviera hablando de una falla en algún aparato electrónico o algún animalito de granja y no de un ser humano, mi madre luego se encargaría de decirle a esta enfermera (con toda la indignación del universo) si en ese hospital se trataban seres humanos o chanchos. Ah por cierto, al especialista hasta ahora lo estamos esperando.

Mi abuela padeció en ese hospital hasta el día martes que le dieron de alta, si señores, de ALTA. Nos dijeron que ya estaba bien y que la lleváramos a su casa. Felizmente que habíamos coordinado que viniera a mi casa por que es un edificio con ascensor y relativamente pequeño, cosa que no tuviera que moverse mucho hacia el baño o la sala. Llegó el día miércoles y la pobre viejita estuvo al borde de reventar, mi madre la llevó de emergencia a la clínica donde obviamente se sorprendieron al enterarse que había sido dada de alta el día anterior. “La señora se queda” le dijeron a mi madre, “es muy probable que esté haciendo un cuadro de trombosis debido a la operación de bajo vientre”.

El mundo casi se nos viene abajo, se nos muere la viejita. Como podía ser posible que debido al pésimo trato recibido en el “hospital” y a la negligencia de médicos totalmente desinteresados en su cuidado y reestablecimiento, mi abuela estuviera con un riesgo de muerte alto. Felizmente gracias a la excelente labor de la Clínica Internacional mi abuela en este momento se encuentra estable fuera de la Unidad de Cuidados Intensivos, todavía existe el riesgo y según lo que nos han dicho debe de estar con medicamentos aproximadamente por 6 meses. La cuenta de la clínica es astronómica pero en estos momentos el dinero nos importa poco con tal de ver totalmente recuperada a la viejita. Ahora solo debemos de esperar y tener la mente positiva sobre su total reestablecimiento.

Casi al empezar esta crónica manifesté que había aprendido algo sobre este tipo de cirugías, lección que ahora voy a compartir con ustedes y que creo les será sumamente útil.

Cuando algún amigo o familiar de ustedes sea operado por mas de 30 minutos, sea mayor de 60 años y más aún cuando el procedimiento se realice en el área abdominal exijan a sus médicos que tomen todas las medidas posibles para evitar que se forme esta trombosis o coágulo de sangre. Toda la data de los cuidados pre y post operatorios la podrán encontrar en Wikipedia o en cualquier página Web de medicina.

Finalmente un consejo. Inscríbanse en un seguro privado, eliminen gastos innecesarios y redistribuyan ese dinero, al final la recuperación física del enfermo y la salud mental de los familiares alrededor, no tiene precio.

domingo, 9 de agosto de 2009

¿Debemos de beber?

Hoy después de muchos domingos me he levantado sin resaca. Ayer salí a tomar a un local y decidí que no me iba a exceder con el alcohol. Me siento con sueño pero feliz, no me duele la cabeza, no tengo mareos, ni tengo la necesidad imperiosa de correr al baño para devolver el poquísmo contenido que exista en ese momento en mi estómago.

Fueron un par de botellitas de Pilsen nomás, suficientes como para llegar a la cama y dormir deliciosamente hasta que la bulla dominguera me despierte.

Librado del clásico malestar, empecé a reflexionar el por qué la mayoría de mis amigos bebe. ¿Existe el deber de beber? ¿Por qué bebemos?

Sin ninguna duda cuando uno tiene 15 ó 16 años se puede beber tranquilo y sin remordimientos. Salíamos a tomar un fin de semana completo y nuestros virginales hígados componían todo lo que descomponíamos en un abrir y cerrar de ojos. Recuerdo que inclusive luego de ríos de alcohol libados la noche anterior, solíamos levantarnos temprano los domingos para ir a jugar fútbol a la canchita de la vuelta. Hoy en día eso es totalmente impensable.

La mayoría de amigos con los cuales nos hemos destruido (literalmente) el organismo se quejan de las mismas cosas que yo luego de una borrachera. “Ya no puedo tomar como antes, me duele el estómago, tengo gastritis, la resaca me dura 2 días, me duelen los músculos”, etc.

Personalmente creo que tengo una de las peores resacas en la historia mundial de las borracheras. Cuando bebo en exceso, me levanto totalmente mareado, con náuseas y me es imposible probar cualquier tipo de alimento o bebida durante casi todo el día por que sencillamente mi organismo ha decidido arbitrariamente que no le da la gana de retener absolutamente nada en mi estómago. Varias veces me he visto reflejado en el espejo sudando, con temblores en las manos y lágrimas en los ojos repitiéndome la siguiente pregunta: ¿Por qué bebo carajo? Automáticamente luego de esa retórica pregunta casi siempre balbuceo una de las afirmaciones más falaces que existen y que creo que la mayoría de seres humanos la dice (o piensa) luego de una bomba de inmensas proporciones: Ya no vuelvo a beber de esa manera.

sábado, 8 de agosto de 2009

Bienvenidos

Me vi en la necesidad de crear este espacio para poder expresar algunos pensamientos e ideas que generalmente (y ultimamente también) me llegan por las madrugadas. Gracias por tomarse el tiempo de leer las estupideces que en adelante voy a escribir en este blog. Espero que por lo menos les logre arrancar algún tipo de expresión en el rostro. Si lo hago, pues me daré por bien servido.


Saludos.